Hay un monstruo dentro tuyo, uno que ve las cosas diferentes a como las tú las ves. Diferente, muy diferente. Es muy oscuro. Es el que tiene ganas de destrozar ese carro porque está sonando la alarma. Fue formado por aquellos que, muchos años atrás, te hicieron daño, y aunque no dejaron cicatriz. Otra vez esa alarma, que desesperante. No dejaron marcas físicas, pero las heridas emocionales son peores, cicatrices invisibles e indelebles. No eres un monstruo, te repites, te insistes, en voz alta, aunque sabes que a veces lo dudas, muchas veces. El mundo te ve como alguien bueno, eso también te molesta, a veces quisieras que vean quien eres en verdad. Recuerdas al enemigo de Batman, Two-Face, tirando una moneda para decidir entre el bien y el mal, sabiendo ambigüo, esquizofrénico. Ya no suena la alarma. Y cuando recuerdas tus sueños, te das cuenta que tú no sueñas sueños de los alegres, de los que vuelas o eres fuerte o eres feliz o estás con quien amas caminando mirando el mar. No. Tu sueñas pesadillas o no sueñas, así de simple. Que bueno que normalmente no recuerdas esos sueños, piensas. Aunque dudas y piensas que tal vez alguno de esos días en que no recuerdas tus sueños, tal vez uno de esos días sueñas bonito, sueñas un lindo sueño. Tratas de que el monstruo duerma largo, profundo, perpetuo, pero sabes que, tarde o temprano, va a despertar. No, no lo sabes, pero lo crees, lo ves posible, y eso basta para intranquilizarte. Como el adicto sabe que, un día de estos, caerá de nuevo, sabe postergar, sabe alargar la distancia, pero siente que no está listo para asegurar que no caerá, tiene fe, tiene esperanza, pero se sabe débil, imperfecto, incapaz de estar seguro de sí mismo. Lamento que hayas sido dañado, golpeado sin golpes, dañado sin marcas. Quisiera poder ir para atrás, impedir que te hagan nada. O que tú,ya como adulto, puedas ir a defenderte a ti, cuando niño. Nadie puede ir para atrás, no hay atrás. Sigo escuchando la alarma, aunque sé que ya no está sonando, es peor, porque quitar el sonido imaginario es más difícil. No te preocupes, también veo lo bueno que hay en ti, los esfuerzos que haces, el avance, el progreso, estás madurando. Pero no te sientas orgulloso, pues todavía te falta. Tranquilo, no le diré a nadie, el secreto está a salvo. Tu sabes tu lado bueno y tu lado malo. Concéntrate, enfócate, mira simple, a un sólo objetivo. Y un dejavú, y todo de nuevo, todo lo que acabamos de escribir intenta ser escrito otra vez. Hay un monstruo dentro tuyo, muy oscuro. Y de nuevo la alarma, no puede ser, otra vez la alarma, la real, y ahora mezclada con la imaginaria, y están sonando las dos juntas, las dos alarmas, two-face, el monstruo y el hombre. Es para explotar. Mejor no sigamos. 9y12, tiempo de ir a casa.
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